Las algas son
organismos que no tienen raíz, hojas o tallo, y se denominan talófitos.
Producen gran cantidad de clorofila, característica de los cuerpos vivos que se
encargan de realizar la fotosíntesis.
Viven en el agua,
pero también en los lugares más diversos, como rocas desnudas, o glaciares, así
como sitios a gran profundidad y con poca luz. Gracias a su gran capacidad de
adaptación, podemos encontrarlas casi en cualquier lugar.
Desde el punto
de vista alimenticio, poseen innumerables ventajas: en los casos de seguir
regímenes para bajar de peso, las algas aportan notables cantidades de
proteínas vegetales, aminoácidos esenciales y fibra, pero su bajo valor
calórico la vuelve un acompañante imprescindible en los platos cotidianos.
Más allá de
esto, constituyen una fuente casi inagotable de minerales, como el calcio, el
magnesio (tan necesarios para nuestro organismo), el fósforo, silicio y otros.
La clorofila, que contiene en grandes cantidades, ayuda al hígado en su tarea
de purificar la sangre, y además nos aumenta el rendimiento muscular.
Asimismo, son
ricas en vitaminas como la E, que es antioxidante, y el grupo B (sobre todo la
B12), que coadyuva en la formación de los glóbulos rojos. Todo esto
las convierte en un alimento casi mágico, pues su consumo ayudará a mantener un
metabolismo sano y equilibrado.
Sin embargo, las
personas hipertensas o las que sufren de la tiroides, deben primero consultar
al médico antes de incluirlas en sus dietas, pues algunas algas contienen un
alto índice de yodo o sodio.
Si bien su uso
en la cocina ha sido sobre todo empleado por Oriente, en Occidente cada vez hay
más personas conscientes de su riqueza nutricional, y han comenzado a
incluirlas en su alimentación cotidiana.
0 comentarios :
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario!